De vuelta en Bangkok, nos quedaba pendiente la visita al templo del tigre, un lugar creado por budistas donde puedes flipar rodeado de gatitos como este, es un lugar muy turistico donde no paran de llegar buses llenos de tutistas con ansias de tocar tigres, pero la experiencia es unica, y despues de recorrer varios parques naturales en India para ver algun mamifero de estos, poder tocarlos aqui, es algo increible.
Otro dia lo dedicamos a ver una granja de serpientes donde vimos un espectaculo de cobras, y como no, acabamos con una piton enroscada al cuello.
Una noche nos fuimos al night market, donde flipamos con un espectaculo de acrobatas vaginales.